martes, 20 de enero de 2015

Don Francisco Alarcón.

Cada cierto tiempo nacen estrellas que relucen y nos deslumbran a espacio ilimitado, y ese es el caso de Francisco Román Alarcón. Este humilde jugador de fútbol está creando esa expectación que hace únicos a los más grandes de este género, y es cautivar incluso al rival. Este chico malagueño de tan solo 22 años, ha conseguido que a su temprana edad todo aficionado a este deporte solo tenga comentarios benévolos hacia él, y es que tiene una capacidad innata que ilusiona a nosotros, los madridistas, a soñar con un futuro condicionado a la gloria por su tacto hacia el balón, su sencillez y su magia a la hora de conducirlo. Gestos que, con perdón hacia los más puristas, recuerdan al mismo Zinedine Zidane, o a nuestro más contemporáneo Iniesta. Una esperanza hacia el fútbol español.

Además no es solo capacidad innata, ya en el Málaga C.F causó estragos en Europa, convirtiéndose en el líder indiscutible del equipo pese a su corta edad, pero al fichar por el Real Madrid, la cosa cambió, y eso hizo parecer decadente la carrera de Isco.
En un club mucho más forzado a ganar títulos, la titularidad tiene que estar muy trabajada, ya que participan en este equipo los mejores jugadores del mundo, y a gran parte del fútbol español (inclúyome), nos asustaba esta idea, pero lo asimilabamos. Isco no.
A base de esfuerzo en esta temporada el malagueño está consiguiendo ganarse el puesto, hacerlo indiscutible partido tras partido, y haciendo creer a los espectadores que nada es imposible. Defiende más que ataca y ataca más que defiende, controla la situación y el balón, y lo que es más importante bajo mi punto de vista en un futbolista, es constante.
Capacidad innata, esfuerzo y humildad, ¿de verdad es de locos compararlo con una carrera similar a la que han tenido Zidane o Iniesta? La verdad, yo ya no me lo cuestiono.

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